después de mucho tiempo, entiendo al fin el concepto de inmovilismo.
hace cuatro o cinco años, escribí la palabra "prioridad" en un papel. me subí en una escalera hasta alcanzar el techo y la pegué arriba de la cabecera de mi cama. estaba seguro que, al levantarme, esa palabra sería lo primero que vería. me sirvió. puse mis prioridades al frente y dejé a un lado todo aquello que me parecía secundario. en estos momentos, un tablero con frases me acompaña en las mañanas las tardes y las noches. cinco o seis cosas por hacer atenazan el día. tengo la palabra "prioridad" grabada con láser en mi cabeza. pero no me muevo. estoy en la escena de la película en la que el oso ataca a los guardabosques. uno sube al árbol, otro se queda quieto de pavor. soy el que suda y no se mueve. escribo aquí para que las palabras me estabilicen y me muevan. ahora debería estar diciendo adiós a mis amigos, pero sólo dejo que el tiempo pase. no leo. no escribo. no pienso. no hago lo-que-debo-hacer.
tantos años peleando contra el inmovilismo en la academia y aquí estoy. tantos años obligando a leer a calvino. el mismo texto: "la gran bonanza de las antillas". peleaba contra el estatismo desde la literatura y ahora pretendo que las palabras sean las que me salven. por eso estoy haciendo esto. no pretendo nada más que salvarme. ahora soy han solo aprisionado entre dos placas de metal. quiero escribir de nuevo "prioridad" pero no, ahora no, quizá cuando termine el partido de mañana.
miércoles, 23 de junio de 2010
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