el absolutismo del spectator incierto

me gustaría decir que guardo su foto en mi mesa de noche. pero no. mis cajones están saturados de cotidianidad absoluta: agendas, relojes, lápices, cinta, pilas. ya no dejo el televisor encendido como luz que me guía en medio de las voraces patas de la cama que buscan hambrientas mis pies. una luz blanca, neutra, entra fuerte por la ventana en las noches. aunque a veces, para no perder la costumbre, prendo el televisor y veo cosas mientras sueño. sin prestar atención, sin emoción alguna. a veces, por cumplir, sueño fútbol. ayer fue diferente: kate winslet saltaba por un toch down anotado, patrick wilson sonría frente a un espejo antes de dormir, jeniffer conelly tiraba tenedores bajo la mesa. la razón del interés era el recuerdo, saber que hacía poco esa película proyectó sus luces en mis paredes en bogotá. recordar el momento. sentirlo de nuevo. no estaba solo. hacía mucho calor y tuve que botar al lado una cobija. la película volvía, el sentimiento regresaba. pero era lejano, ajeno, como si alguien más lo hubiera sentido. ese yo es no-yo, pero sigue siendo yo. cosas que se explican mejor con heiddegger. y se complican más cuando he dejado de manejar mi cuerpo. dos noches de insomnio. y cuando llega al fin el sueño, aparece esa sensación de las escenas, de la oscuridad, de la luz que entra blanca y fuerte por la ventana y el sueño que llega. con la imagen de la película sueño. quizá mañana aparezcan fotos en el recuerdo. spectator puro. pero no pienso, mejor duermo y sueño...
"acostumbro a soñar con ella, pero nunca es completamente ella: a veces tiene en el sueño algo de desplazado, de excesivo: por ejemplo es jovial, o desenvuelta, lo cual ella no era nunca; o también sé que es ella pero no veo sus rasgos: sueño con ella, pero no la sueño. Y ante la foto, como en el sueño, se produce el mismo esfuerzo, la misma labor de Sísifo: subir raudo hacia la esencia y volver a bajar sin haberla contemplado, y volver a empezar" R.B.