fue en la tarde. en la noche pasé nuevamente y toda la basura estaba revuelta. y mis zapatos seguían ahí. los miraba un reciclador y después de darle dos vueltas, los dejó donde estaban. a esta hora pasa el carro recolector. estoy seguro que van a parar con detritus, cáscaras de naranja podridas y exámenes viejos. casi no los boto. eran una especie de tesoro personal. antes de botarlos recordé el momento en que los compré, dos fiestas a las que fui con ellos, el día que me miré al espejo y me parecieron el complemento ideal de mi camisa verde. eran algo bueno, mio, propio. pero todo se acaba. la entropía ataca de nuevo. toda una tarde en ganga de descalzados y nadie los quiso.
hablo con una amiga, me dice que mañana se va lo bueno. se lo lleva el diablo -aclara-. le respondo que uno nunca sabe qué es lo bueno, a veces ni el diablo quiere lo que nosotros amamos. acaso, ¿qué es lo que tenemos?: dos o tres personas que viajan al exterior en febrero, uno más que ya viajó en abril, otro que está demasiado ocupado para un tinto. una biblioteca nueva llena de libros ordenados por editorial y autor. tres gatos, uno de ellos enfermo. un trabajo que no convence y las ganas de escribir que no prosperan. 43 correos electrónicos que no hemos respondido y que no demoran en ir a la papelera de reciclaje. discos que están rayados. dos acetatos que no es posible escuchar. todo ello, si lo sacas frente a la casa, no vale nada para muchos. son esos tus tesoros. tus objetos. tu vida alrededor.
me doy cuenta que acabo de descubrir un nuevo significado de "la maldad de los objetos inanimados". otra más. la primera me la dio philip dick. la segunda me la dan dos zapatos. !qué curiosa es la forma en la que aprendemos nuestro leve paso por la vida!
"El deber de todas las cosas es ser una felicidad; si no son una felicidad, son inútiles o perjudiciales". Jorge Luis Borges
1 Comentarios:
Rodrigo, este cabrón que suele pensar que usted es más que un compañero de taller, acepta con gusto un tinto...y si, a todos nos hacen botar cosas de nuestro gusto, desechamos nuestro gusto, en algunas ocaciones pareciera que los demás se deleitaran viendo como perdemos...y nosotros, nosotros gustosos, con la mirada dulce y la palmadita, hacemos caso, nos disponemos a perder...hermano, un minuto de silencio por sus zapatos.
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