cero y van tres.
nuevamente un especial en televisión sobre el enamoramiento. tres en dos días. tipos con batas blancas aparecen en la pantalla llenando equis en fórmulas. llegan a todos los sentidos, a los conceptos de belleza, a la ropa y -colmo de colmos- a los carros que tenemos o no.
se meten al cerebelo, fotografían los corpúsculos cerebrales con máquinas, entonces el cerebro se vuelve de todos los colores: rojo para el sexo, azul para la excitación, un color extraño cuando se observa una "hembra en etapa reproductiva". fermonas, electricidad, descargas hormonales. ¡constricción!, ¡dilatación!, ¡secreción!, ¡erección! 130 pulsaciones por minuto, La presión arterial sistólica sube, se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular, se generan más glóbulos rojos. capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas. feniletilamina, endorfina, testosterona, serotonina...
primero cambio de canal, después apago la tele. mi hermana, al lado, duerme. ¿cómo explicarle eso? ahora, sufre el amor, y ningún experimento científico dice cómo enfrentarse a eso.
lunes, 14 de septiembre de 2009
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4 Comentarios:
Hay un saber, un volver sobre sí mismo que pocas veces nos hes tan útil como cuando tenemos que decir adios.
De que no haya algún experimento para enfrentarse al amor,yo no estaría tan seguro. Alguna universidad de Massachussets, Gran Bretaña o en uno de esos tristes países, alguien perdió su tiempo explicándonos, para llegar a la conclusión, después de 3 horas y millones de dolares... que no hay manera, de enfrentarse, o de salir con aires de victoria. Siempre se pierde. Afortunadamente.
Pues mejor que siga dormida.
Quizá por medio de los sueños se destile algo de la química que nos hace ebullir de amor.
Este diario se rayó sin escritura.
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