ahora, pienso en el piracetam.
Bauman me habla del amor líquido y no sé cómo enfrentarme a él. Artemysa establece la movilidad como forma de vida, mientras la veo estático. Wilde me da dos cachetazos con la individualidad finisecular. Lethem me muestra el camino que no podré seguir. Anacrito me enseña cómo decir mucho con poco, cuando no paro de hablar. Truffaut me enseña la maestría de lo simple cuando insisto en la mediocridad de lo complejo. Ismael me muestra lo efímero de mis conocimientos.
Llegué a mi punto muerto. Hace poco alguien decía que dejaría de escribir un diario para escribir cuentos. no puedo hacer lo mismo, ya ni siquiera escribo aquí. el tiempo aguarda detrás de as líneas enemigas. decido encender un cigarro para calmarme, con la primera bocanada recuerdo: al fósforo apuntan, al encenderse aseguran, la primera bocanada y...
el tiempo está listo, tomo otra bocanada... BANG!
martes, 13 de octubre de 2009
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4 Comentarios:
Como diría Anacrito, los puntos muertos son la antesala de un renacer.
Haga el favor de actualizar y escribir su diario...pedazooo...
de acuerdo, que pereza la suya
Oiga, sí, me parece el colmo.
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