fiebre

todo el fin de semana estuve enfermo. fiebre y esas cosas. aunque no fue tan divertido como antes. antes era mejor.

la fiebre fue una de las cosas que pasaron por mi vida con la cotidianidad de las series de televisión: llegaba una vez por semana, o una vez al mes. tuve fiebres que pasaron por todos los números desde 39 hasta 43. una vez mi cerebro estuvo a punto de quedar frito, como huevos al desayuno. soñaba con cobijas gigantescas que me aplastaban y que debía desprogramar como si fueran una bomba de relojería a punto de estallar. esa escena clásica: ¿cable rojo o azul?... en ese caso era importante quitar la cobija 35 o la bomba colapsaba y se acababa de asar mi cerebro. mi madre nunca se acuerda de esas cosas. otro recuerdo: la literatura aparece ante la fiebre: me tomo una pastilla que baja la fiebre pero me hace dormir, me levanto mientras camino y escribo todo lo que me pasa. las palabras se acortan, las piernas fallan. caigo en el suelo y me quedo dormido ahí, espero que llegue mi madre. faltan cuatro horas, tengo tiempo de dormir... en el piso. otra cosa que mi madre no recuerda.

antes escribía con fiebre, ahora espero estar bien para comentar algo en un blog... lo dicho... las cosas -al parecer- ya no son tan divertidas.