viernes, 25 de diciembre de 2009

papeleo y vida: burocracia de momentos perdidos

perdí mi billetera.

no quiero contar cómo fue. es más interesante la charla que tuve más tarde ese día. hablé sobre los actos fallidos. las casualidades me hablan. viajé con el pasaporte, no sé bien por qué. dos días antes dejé la billetera en casa de un amigo olvidada y tuve que volver a recuperarla. cuando la olvidé intentaba convencer a alguien de mi edad. no me creyó hasta no mostrar la cédula. pensé mucho en mi edad. cada vez que me miraba en el espejo veía mi cuerpo viejo, irreconocible. los papeles eran lo único que comparaba y certificaba la dicotomía edad verdadera-edad aparente. entonces, después de hablar con un psicoanalista lacaniano llegamos a la conclusión de: quiero negar la edad, los papeles representaban la conexión con mis años, ergo perder la billetera era perder los años que tengo. vuelvo a tener 18 cuando nada me relaciona ni ratifica mi edad verdadera. (un psicoanalista freudiano que llegó después insistía en que la billetera estaba en casa pero que no la había visto, repitió varias veces: "carta robada" y "edgar allan poe", pero no me convenció). en otras palabras, estaba en mi inconsciente perder mis papeles, justo antes de que el año termine. uno de los años en que las cosas no han ido bien. el año en que cumplí treinta años. el año en que empecé a escribir esto. si seguimos con las relaciones; nada de lo que han leído aquí, se establece por lo que se ve, sino por lo que no está. las cosas dicen más cuando se pierden que cuando están seguras en los bolsillos.

hoy descubrí que la mayoría de mis bolsillos están rotos.

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