domingo, 14 de marzo de 2010

...es como perder puntos de local

y bueno, el día de hoy lo sentí como uno de esos partidos de fútbol en el que te meten dos goles antes del minuto quince. tienes la esperanza, sabes que es casi imposible, pero sigues creyendo inútilmente que es posible. como dice caballeros de la quema: "ando volteado, soy último en la tabla. "o como diría kavafis "son nuestras penas como las de los troyanos".

pero algo siempre salva, busco un bombillo para mi lámpara y a cambio hallo cartas que me enviaron hace catorce años, cartas que me recuerdan lo que era y lo que sigo siendo de una u otra manera. y con ellas el botón y la tarjeta de invitación a octoarte. eso me gusta. una vez mi hermana me dijo que lo mejor era botar cosas viejas para dar lugar a que aparezcan las nuevas. acabo de abrir una caja llena de cartas y dibujos viejos, algunos manchados con café. escritos que hacía y hablaban de lo mal que estaba y de lo depresivo que es ser adolescente.

entonces pienso que en ese momento creía que todo estaba mal, así como lo pienso ahora. pero no fue tan malo. alcanzo a extrañar un poco esa nostalgia universitaria. igual es ahora. no todo es tan malo. así que de un golpe destrozo el espejo retrovisor y empaño las ventanas laterales. solo me queda un parabrisas que enmarca el camino recto de un desierto por seguir, sea el del norte, sea el del sur... igual me gusta que el camino termine en el corte del horizonte.

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