desde el sótano en la colina

señorita miseria:

apareces. no muestras emociones. te quedas en tu espacio como muñeca china. está el jefe que no te ayuda y te molesta, los brazos envenenados que te rodean, los recuerdos escondidos que empiezan a hablarte y las cosas que te decepcionaron -eran lindas al fin y al cabo-. entonces, digo que la primera vez que te vi, supe que no iba a durar.

ahora, la venganza de la canción me repite no eres bueno, no eres bueno, no eres bueno; creo que lo comprendo bien. no soy ni la mitad de lo que deseo ser. tenía planes para los dos ¿sabes? quería viajar contigo a ese sitio que viste en una revista. pero ahora, la televisión crea flashes azules bajo tu puerta. busco una escena sustituta, más fuerte; sin embargo esto no es más que una comedia de malos entendidos.

no quiero saber donde estás porque tengo algo que muero por contarte. en el parque, un tipo me leyó las líneas de la mano, me dijo: eres fuerte. difícil de creer -respondí- debes estar hablando de otro. sé que no soy lo que buscas ahora. nunca seré una de las partes del rompecabezas. mis amigos dicen que dios crea problemas solo para ver cuanto duras antes de hacer tratos con el diablo, y rechazar lo que amas.

son las 2:45 y escribo para preguntar. señorita miseria, ¿me extrañas como yo te extraño?

Elliot