días densos, días leves.
en la mañana: sol. pocos sacos, una bufanda. volver todo más fácil. recordar la forma de arreglarse para salir en veinticinco minutos. encontrar la posición perfecta para leer -de pie- un par de páginas en un colectivo lleno. llegar quince minutos antes de empezar la clase. ver libros y no sentir la necesidad de comprarlos. llamar a personas con las que no se habla hace tiempo (poco, pero parece mucho). responder correos electrónicos viejos. hacer un favor. hablar con el chef del buen sabor de la comida. concretar una cita. dormir en la tarde, sobre las cobijas, al lado de un gato. ver celebrar a un equipo de fútbol la obtención de una copa. leer cuentos ya leídos. hablar de política con el tendero. escuchar un disco nuevo. tomar tres vasos de leche. hablar por teléfono con un amigo y reír una hora.
hay días leves, como hoy. días buenos. tranquilos.
espero que, antes de dormir, la precaución del paranoide no me recuerde una falsa justicia universal, en la cual a cada día leve le sigue un día denso.
miércoles, 12 de mayo de 2010
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1 Comentarios:
El sosiego, para esos días densos, está en juegos de mesa y Fifa en la Xbox.
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