ruta 53: de concejal tribulato a q. martin

espero la 53.
espero una de las 175 rutas. a mi lado, un viejo me aconseja sacar un termo y el mate mientras espero. sigo esperando la 53. salgo de caminar en un intrincado laberinto fantasmagórico en donde se escuchaba, a lo lejos, una mujer hablando de trabajos y notas. en ese laberinto, un par de ancianos que se asemejaban a un rostro bicéfalo de personalidades contrapuestas, me interrogaron con curiosidad para, al final, darme un fuerte apretón de manos. el viejo del consejo sube a su línea. toma la mano de su acompañante y sube con paso lento las escaleras mientras ella hurga en su bolsillo buscando las monedas. no tengo termo, no tengo mate. pienso en sacar un cigarrillo hasta que aparezca la 53. saco de la maleta la cajetilla que acabo de comprar en la tienda que M me recomendó. la caja de cartón me costó un poco más pero sirvió para que me dieran cambio. confundo los números y veo el número 53 en lo alto de todos los buses, pero a veces es el 55 a veces el 8. guardo la cajetilla y decido esperar para fumar en casa. atrás, un colegio se llena con estudiantes que repiten palabras que escucho pero no entiendo. reviso de nuevo la guía para hacer un poco de tiempo y me cercioro del número: 53. se la ve desde lejos, el número es el 53 y ahora se me antoja un 8 o un 55. pasa veloz y para a mi lado, entro, meto la mano en el bolsillo para sacar el cambio. veo las monedas en mi palma, las lanzo al aire y le pregunto al i ching...