lunes, 6 de septiembre de 2010

sucedió un viernes (parte i)

hay días para todo y días en que todo pasa.
el tipo se acerca con las manos en los bolsillos. lo miro de reojo mientras guardo la botella de agua y la bolsa en la que guardé la hamburguesa. pienso que el almuerzo estuvo bien y me fijo en la imagen de un ciervo rojo que tiene el tipo cosido en el chaleco azul. cada vez está más cerca. parece que se dirige hacia mí. mi pensamiento vuela por un momento en la idea de que muchos están comiendo en el parque. miro el cielo y está totalmente azul, pero el viento es frío. cuando reacciono, el tipo está a dos pasos de mí. una vez está justo al frente, a un brazo de distancia, para y golpea el piso con los zapatos. yo contesto su gesto con firmeza y el tipo baja la mirada; después mira a lado y lado, como buscando algo, como buscando alguien que lo vea. el tipo ha fijado su rostro en un horizonte lateral, así que ahora veo solo su oreja; así, de lado, me dice "papeles". no entiendo bien si ofrece o pide. saca la mano del bolsillo y me alarga una identificación que no detallo porque la guarda rápido. después sigue con su soliloquio de palabras únicas y dice "policía". yo me niego a responder, no ha preguntado nada en realidad. estatua de ojos abiertos no hago nada, solo respiro. el tipo mira a lado y lado de nuevo y al fin pregunta algo: "¿de-ene-i?" como si fuera una sola palabra. yo respondo con la verdad: no tengo. el tipo continúa con sus preguntas: "¿pasaporte?" repito la verdad: no tengo. "¿algún-documento?" no respondo. pienso cómo hace para decirlo todo como si pareciera una sola palabra. si la repite, imagino, la dirá igual, de un tirón. el tipo repite entonces:"¿algún-documento?" sonrío al comprobar que el tipo está nervioso, y por eso lo dice todo rápido. entonces repito el mantra, ya me empiezan a saber bien esas dos palabras: no tengo. el tipo por primera vez me mira a la cara: "¿entonces-qué-hacemos?" no entiendo bien a qué se refiere. la cosa empieza a parecerse mucho a mis sueños. entonces decido convertir todo en algo un poco menos surrealista. necesito, por lo tanto, lógica. decido recurrir a la filosofía. primero intento con el método socrático: lo ataco con preguntas. "¿podría ver de nuevo ese documento?" el tipo se desubica, así que me obedece. se aleja de nuevo un brazo de distancia, saca el documento y lo muestra. me lanzo a tomarlo con mis manos para detallarlo bien pero lo guarda rápido en el bolsillo. la conversación se acaba de nuevo. no sé qué más preguntar así que me quedo quieto y callado. el tipo siente que nuestra relación no avanza así que decide retomar su última palabra: "¿entonces-qué-hacemos?" contrataco esta vez con una combinación entre método peripatético y socrático: "¿me acompaña al edificio de tribunales, por favor?" le digo, mientras camino hacia la esquina del parque. el tipo, dado que no puede articular el lenguaje fácilmente, solo acierta a decir palabras cortas y sueltas: "pero...", "no...", "ey...", "vamos..." al parecer tal aluvión de palabras lo deja sin la posibilidad de movilidad, porque se queda quieto. yo sigo caminando hacia tribunales. tranquilo. descubro que puedo silbar, caminar y mover la cabeza al tiempo. pobre tipo, seguro eso que hago le cuesta un montón, quizá nunca lo ha hecho. miro hacia atrás con un poco de lástima para verlo por última vez. el tipo ya no habla ni se mueve, ahora une las yemas de sus dedos bajo el mentón y mueve la muñeca hacia adelante y hacia atrás. yo camino y al final cruzo talcahuano. "hay gente rara en esta ciudad", pienso. "seguro por eso sueño cosas raras ahora", concluyo. ya en el semáforo giro la cabeza de nuevo buscando al tipo, pero ya no estaba. quizá no pudiera hacer varias cosas al tiempo, pero sí podía desaparecer de una sola vez.

2 Comentarios:

Unknown dijo...

Que sustooooo, eres valiente!!

Anónimo dijo...

¡Por fin me emociona de nuevo este lugar! jajaj (excepto por la primera línea que, en mi opinión, es un completo desatino --muy tú (y muy yo) jajaja)

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