lunes, 25 de octubre de 2010

Soy un típico ser en la ruta del tent-em-pié 1

advertencia: describo. las imágenes se naturalizan. las palabras se "cotidianizan".

hablo con una amiga. me dice: "¿nos vemos el domingo?", le digo: "el domingo me viene bien", me dice: "¿me viene bien?... hablas como los de aquí". pienso: antes de que sea normal, escribe lo que veas, así que escribo:

hay una preferencia peripatética por los pitillos-sorbetes-pajillas. las piernas que se mueven parecen requerir una botella en mano y un pitillo encerrado en ella. los dedos se meten entonces en la pequeña boca, sacan el tubo y tienen un par de segundos de libertad antes de ser atrapados de nuevo. pocos labios tienen contacto directo, siempre que logren el intermediario plástico.

curiosamente, hay un fastidio peripatético por la comida. pareciera que las piernas móviles rechazan el movimiento brusco de dientes trabajando, mandíbulas accionando, la deformación del rostro y la garganta al ingerir. dicho rechazo se potencializa en la mirada: el arqueo del entrecejo y la reprobación está presente cuando degluto.

nuevos vocablos cotidianos: vianda, puchero, medialuna, tentempié, pavita, merienda, mangiare, manteca.

queso y jamón como bocados imprescindibles tienen el trato especial de la comida única. su nomenclatura especial como fiambre y sus lugares únicos como fiambrerías no llegan a compararse con el cuidado al ser empacados. un trozo de plástico transparente, de bordes exactos, sirve como base para poner despacio los tajos cortados. una vez los tajos se han plantado en su base polimérica se tapan con otro trozo igual, como si se augurara su futuro como emparedados sin piedra. no felices con tal hazaña se corta un trozo de papel mayor dentro del cual se pone la combinación armada. entonces la comida se envuelve como si fuera un regalo, con dobleces finos y cinta excesiva. ya al final, la inscripción de peso y valor se realiza lenta sobre el papel, como si se temiera dejar marcas sobre la superficie de lo sagrado.

advertencia: degluto. la comida se asimila. el banquete se absorbe.

1 Comentarios:

Niña MALa dijo...

Dicen: "Buén día". Hablan de ese día. Yo hablo de todos los días cuando saludo con un "Buenos días". Estiro la suerte, hacia lo ancho, haciéndola delgada para las mañanas. Me gusta pensar en continuidad. Me gusta que cuando me mires, me digas, que en el fondo, todo perdura.

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