anécdota corta.
voy por mis papeles a migración. muchos bolivianos, muchos peruanos, muchos colombianos. al salir, la calle no tiene semáforo. en un atasco monumental decidimos cruzar la calle zizagueando los carros. detrás mio viene una viejita de cali. pasamos en medio de los camiones gigantes que van al puerto. en fila. solo hay espacio para una persona. los camiones siguen en los atascos. sigo de cerca al hombre que va al frente. en medio de la calle la viejita me golpea en el hombro. dice "mirá, caminá rápido que nos atropellan". hacía mucho no me pasaba algo así. me siento violentado. como hacía mucho no me sentía. giro despacio hacia ella. le cierro el paso. le digo "disculpa, no te escuché". me demoro en medio de la calle. la viejita intenta pasar por un lado. por el otro. se da cuenta que le cierro el paso. nota que su pregunta la hace demorar más. "es que no alcancé a oír", insisto. ella baja la cabeza y dice "bahh". con una sonrisa giro de nuevo y camino aún más lento. la viejita no levanta más la voz.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 Comentarios:
Jajajajaja... la delicadeza antes que todo. No creo que sobré decir, que es la mejor forma de violentar a los otros... sin violencia.
Publicar un comentario