a cada paso siento un sonido incómodo. como si chirriara.
camino por una calle de tulcán, ecuador me intriga. las calles huelen a fruta podrida y a orines de humano; sin embargo el lugar es cercano. en una pared leo "contra el sistema"; abajo, alguien responde "hasta que obtengas un trabajo público", y recuerdo las teorías de los sistemas, las fantasías de la derrota que llegaban hasta las conspiraciones más absurdas y que, de pequeño, no me dejaban dormir. busco un lugar que puede ser mil lugares pero que no aparece. alguien al lado grita "chupemos", más adelante se escucha música fuerte. los policías juegan cartas y miran las piernas de una mujer exagerada. es sábado, tres de la tarde y toda la ciudad está cerrada. las personas se agolpan en las esquinas y algo de aliento a alcohol se mezcla con el barro de las carretas que se incrusta entre las piedras de la calle. me duele la garganta, una presión aguda atenaza mi pierna. a cada paso el músculo bajo la rodilla se tensa: justo en el lugar en el que me clavaron la aguja, la séptima. ya antes me habían clavado una en la frente, dos en las manos, una en la cabeza; pero la que más dolió fue en la pierna. extremos que llegan a lo conspirativo y que no deja dormir. mi cuerpo como sistema. y todo es paciencia, y las fallas aparecen. soy borneo de nuevo y los dientes son objetos de lujo y la sonrisa un pecado de ostentación. y fallas, huecos, vacíos del sistema. los exámenes médicos siguen en el hospital, nadie los revisa. todo se corroe y el sistema que es mi cuerpo no es la excepción. idea de gravidez, de levedad vana, de oxido. la conspiración del sistema me llevó a pensar que los ovni eran armas de destrucción de las potencias de oriente. así que no cerraba las cortinas, no dormía, el miedo conspirativo aparecía acompañado de insomnio. entonces llenaba crucigramas en la cabeza "óxido: cuatro letras; ...orín". y lo veo. el olor, no es la ciudad, no es el barro, no es el alcohol de las esquinas. me lleno de óxido, fallo. mi cuerpo como máquina ha fallado y hasta ahora lo noto. me queda por encontrar lo público. que alguien se ocupe de mí.
martes, 18 de enero de 2011
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