cuando voy al trabajo debo cambiarme de zapatos.
nada de "zapatillas" me dicen y me miran con reprobación. imagino que las zapatillas son los tenis. así que al día siguiente miro mis zapatos. solo tengo tenis. veo con admiración los que utilizo para jugar fútbol y veo que pueden pasar por un calzado neutro. así que me los pongo y no notan la diferencia. así que la formalidad limita con el deporte. nunca se me hubiera ocurrido. trabajo: visito un médico. me dice "espera un minuto" y se convierte en una hora. en la sala de espera cabeceo. me quedo dormido. cuando sale el médico, me ve con la cabeza hacia atrás, con la boca abierta. "disculpa, mariano, me demoro otro rato". me despierto con sorpresa y golpeo mi occipital contra la pared. ¿mariano?, pienso. no lo corrijo. recuerdo mi entrada anterior y me gusta pensar que soy otro tipo cuando trabajo. uno al vivir, otro al escribir... ergo: otro al trabajar. mariano es un buen nombre para un trabajador. si no hubiera problemas con el papeleo dejaría hojas de vida con el nombre de mariano. no despierto aún. le miento al médico: le digo que estoy ocupado que debo irme y no puedo esperar. no tengo nada que hacer pero me niego a estar más tiempo en una sala de espera observando viejos que tiemblan todo el tiempo. a veces, creo que ellos están quietos y es el mundo el que tiene movimientos espasmódicos. sé que debo volver más tarde, y que eso me llevará más tiempo que esperar media hora más. pero quiero salir del hospital. aquí lo llaman "sanatorio", y ese cambio de palabras me hace sentir todo el tiempo en un manicomio. huyo. vuelvo en la tarde, me pierdo en las calles. me alegra pensar que estoy haciendo esperar al médico. venganza. después pienso que eso me obligaría a volver al día siguiente, así que corro. al llegar golpeo la puerta. sale de nuevo y me repite "espera un minuto". puteo como sólo saben putear los porteños (la concha de la lora) pero lo hago para adentro. aprovecho el tiempo para pensar qué escribir en el jornal. ¿los 21 gatos en las escaleras del museo natural?: no. ¿el teléfono que se tragó los 30 centavos?: no. ¿la fila céntrica para comprar la boleta?: no. ¿boedo y la elección de presidente del equipo de fútbol?: no. el médico sale a los cinco minutos y me dice: "¡el tiempo!, ¿podemos acelerar para salir rápido de eso?". me demoro más que con cualquiera. tengo puestos tenis y un bolígrafo que -falsamente- no funciona. buena sensación.
martes, 9 de noviembre de 2010
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1 Comentarios:
Mariano!!!!! jajajajaja ..buen nombre
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