lunes, 10 de octubre de 2011

escritor de fondo

cargo dos luchas.
la primera se debe al poder terrible (por lo abarcador) de lo disoluto. como si fuera una promesa que debo cumplir ante una audiencia posible -posibilidad que se convierte en potencialidad y que no pasa de esa célula a punto de explotar en meiosis, porque de lo ahí es donde se convierte en parálisis de lo real- la idea de la imagen ilustrativa rondo mi cabeza por horas hoy. la segunda de las peleas está relacionada con el tiempo. un contrareloj de escritura que está marcado por una energía que se termina y que amenaza con dejar este escrito a la mitad. sin lectura antes de su publicación (publicación, ja. qué graciosa suena esa palabra). flecha encima: nueve minutos. la soledad del escritor de fondo. me amenaza ahora un anuncio así que no me disuelvo más en explicaciones y disparo.
busco el letrero en la caja. me tardo tiempo en encontrarlo pero ahí está: las letras en imprenta están en mayúscula, deben tener 4 puntos o menos: "imagen ilustrativa". reviso de nuevo la fotografía de la caja en la cual un langostino rosado sobresale al lado de dos trozos de calamar y uno más de camarón. comparo esa imagen con mi plato: materia fáctica que puedo oler, ver, tocar. las diferencias saltan a la vista. el multicolor plato de barro de la fotografía se ve policromo: los colores amenazan con salir disparados hacia la arcadia que funciona como fondo. en la mesa, un bol de porcelana blanco contiene una masa café y geométrica, ni una sola curva que se asemeje a frutos de mar. y es entonces cuando pienso en la imagen ilustrativa y en cómo la frase cancela la función propia que debería tener la fotografía: ilustrar. la fotografía, que debería
...4 minutos... mejor me apresuro...
decía, la imagen tiene como función ilustrar, eso lo confirma el adjetivo impreso en la caja, pero en lugar de eso engaña. su función está anulada y esa anulación se nombra con el mismo adjetivo que la describe. debería decir: imagen que no ilustra
.. el computador me engañó, faltaban 3 minutos cuando se apagó y sólo al encenderlo me comunica que debo "conectarme a la fuente de poder"... ahora, sin la emoción de estar en una carrera con un concepto inexplicable, regreso. aunque la sensación del tiempo libre, la energía eterna, el corte que ya se produjo, le ha quitado la potencia a la palabra. se lo cuento al uruguayo que se ríe de mí (me estoy cansando de sus risas burlonas. ¡viejo pajero!), "parece que estás saliendo del terreno de lo disoluto. cuando te asomas, las fuerzas entrópicas te llevan hacia el otro lado, la lucha se hace más fuerte. ahí muestras de verdad de qué estás hecho. prepárate para lo que viene. recuerda que la energía no sólo se consigue con desearla." y el viejo ese cascarrabias tiene razón. no puedo evitar ver los trozos de pan que salen de su boca mientras me habla. al menos si tragara antes de hablarme. si tuviera que ilustrarlo, lo haría así con un trozo grande de pan saliendo disparado de su boca. pero esa imagen lo mostraría como es y la imagen falla, mi imagen no funciona al funcionar. prometo pensar de nuevo en lo de la cajita de mariscos, ese tipo de cosas dan a veces más información que cuatro horas de seminario vacío. el contrareloj se ha vuelto reloj y la descripción es cada vez más oleosa. al parecer no he vencido en ninguna de las dos peleas. creo que debería cambiar de arena; si quiero luchar lo mejor será un ring.

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