martes, 25 de octubre de 2011

si la rabia se corre, la escritura se paraliza

caí en los problemas propios del arte.
como me ha ocurrido mil veces, ahora de nuevo quedo paralizado frente a la posibilidad de escritura y la estética como meta literaria. en realidad escribí de nuevo, pero no quise publicarlo porque había tomado muchas cervezas y no es bueno dejar públicas cosas de las cuales después te arrepentirás. razón dos de la parálisis: encuentro que alguien desconocido comenta lo que escribo. no es que no me guste, en realidad me alegra; pero me siento desnudo al constatar que alguien me lee. sepan entonces que esto no tiene propósitos estéticos, ni siquiera psíquicos o literarios. ahora que lo escribo, creo que debo encontrar los propósitos de la escritura, antes de paralizarme de nuevo y dejar este blog con días vacíos y escritura aún más hueca. además, no quiero abusar de mis posibles lectores. entrar a la página, teclear la dirección y no encontrar nada: en poco se tendrá que proponer en este espacio un burn-out (o mejor, seguramente en poco dejarán de leer). lo que escribí hace diez días fue lo siguiente (con poca o nula edición, se entiende que estaba un poco ebrio y por eso la incoherencia).

"empezemos por decir que estoy ebrio. sigamos con que tengo rabia furia. de esa que te saca del estado te pone a acorrer. corrí, seguro, corrí. de odio, de abosoluta rabia que me carcomía. llega el porteño en el piso, me pide cinco pesos, no tengo, no sé de nada de nada. me putea, me dice puto colombiano, todos están acá. pero no quiero pelear no me gusta. corro, corro, corro, debo volver. qué haré en la misma vereda o en otra. todos viene para acá. me acribillan. me matan. puto porteño de mierda. odio esos porteños. me dañan todo. puto putooooo porteño."

resumo: salgo de clases, hay una feria de libros, me quedo en la feria tomando cerveza, debo ir a casa por dinero y volver, un tipo en la calle (estudiante) me pide cinco pesos, le digo que no tengo, alarga su mano para darme un apretón, alargo mi mano, la aprieta, me confundo de palabras y le digo una indebida (no recuerdo cual fue: no tengo "pelotudo" o algo así), le pido disculpas, le digo que cuando estoy borracho no me salen las vocales, el tipo no me suelta la mano, me pregunta de dónde soy, digo que de colombia, me empieza a insultar, dice que en mi país matan a todo el mundo (tiene razón), dice que buenos aires está lleno de colombianos (tiene razón), dice que por qué no me devuelvo (lo pienso), me ordena que me largue de su país (no le hago caso); todo esto mientras me aprieta la mano hasta cortar la circulación, intento soltarme pero no puedo hacerlo, empiezan los insultos y las repeticiones de las frases antes dichas (todas, excepto la pregunta por mi procedencia), logro soltarme, lo mio feo y camino despacio, me lleno de furia, camino dos cuadras hacia la parada de la línea 5, faltan cuatro cuadras, las corro, lleno de furia, quiero deshacerme de la adrenalina, el bus no pasa, empiezo a hablar solo en la calle, pasa el bus, cuando me bajo en casa sigo corriendo, enciendo la p.c., pienso en aprovechar el sentimiento, la borrachera no me deja, mientras pienso que debo regresar y si el tipo sigue ahí ¿qué haré?, pasar frente a él o cambiarme de vereda.
hasta ahí lo que escribí. el tipo ya no estaba al final, pero me dejó una marca cerrada en la memoria. sigo hasta hoy pensando ¿qué estoy haciendo acá? escribiendo en el blog, pienso. después me doy cuenta que mi respuesta es una forma de evasión, así que me ocupo en algo (desafinar una guitarra, por ejemplo)y mi inconsciente decide dejar de escribir. ahora debo encontrar algo más para hacer, eso responderme "escribir en el blog" ya no me convence.

0 Comentarios:

Publicar un comentario