lunes, 14 de noviembre de 2011

la antepenúltima verdad

las palabras y las acciones sinceras funcionan bastante bien.
no me refiero a una actitud. la sinceridad en su estado puro. acompañaba a Ch. él estaba buscando a la pelirroja que tanto le gusta. él habla. yo tomo cerveza. intento alejar a la amiga de la pelirroja: una chica de ecuador que a la tercera palabra no pude aguantar. el alejamiento de la amiga es imposible. prefiero bailar solo en medio de la pista. las canciones se cortan a la mitad. no estoy pasando un buen rato, así que sigo bailando con un vaso de cerveza lleno, con dos, con tres. ojos cerrados, que el mundo no importe mucho. en medio del baile una chica se acerca, tiene un hielo en la mano. la pone en mi frente, me moja la cara. me despierta de mi ensimismamiento. la chica me mira y se ríe. Ch está con la pelirroja, la ecuatoriana desapareció. me acerco a la chica del hielo, da dos pasos atrás. en medio de los dos se entrecruza otra chica. me saluda. adivino que se planta en medio para salvar a su amiga. me habla, me pregunta cosas que respondo con una actitud de dejadez. el vaso vacío me pone en perspectiva una charla posible, así que le hablo. no recuerdo nada de lo que me dice. no recuerdo nada de lo que le digo. creo que hablamos sobre trenes. creo que hablamos sobre sus hermanos. busco a Ch, no está. imagino que le está yendo bien, así que me despido. quiero ir a casa. la chica me dice que nos vemos. yo soy sincero, le digo que no creo, que nunca salgo a esos lugares. que difícilmente encuentro almagro en el mapa, que si nos vemos es por una casualidad poco probable. busco mi saco. está en el piso. recoge un poco de fernet que alguien ha regado a su lado. le digo de nuevo adiós a la chica. ella me dice de nuevo que nos volveremos a encontrar. le reitero que no es posible. ella me entiende que le pido alguna certeza de nuestro encuentro. no lo quiero hacer. quiero estar en mi casa. entonces la chica se queda callada. me mira a los ojos. me dice: "¿querés que te diga las cosas tal y como son?". "sinceridad ante todo", le digo. "con vos, no me voy ni a la esquina. mejor dicho, si te vi no te conozco." le agradezco por su sinceridad. me abalanzo a ella "gracias, mil gracias por eso. lo necesitaba." lanzo mi saco al aire y sonrío. encienden las luces cuando el trapo rojo está en el aire aún. doy un pequeño salto y pienso en que la sinceridad en estado puro te trae esas cosas. y veo un buenos aires a las siete de la mañana lleno de sol. radiante, con la verdad que renace en las flores. mientras espero la ruta 36 apoyado en un poste de luz dos chicas con faldas demasiado cortas pasan dando tumbos frente a mí. una le dice a la otra "¿por qué le dijiste eso?, debiste mentirle". ignoro la escena y vuelvo los ojos a la flores de jacarandá. ciudad: no me dejo vencer por tu falsa miseria.
postscriptum: escribía anteayer sobre el problema de aceptar la dualidad del todo y las partes. sufrí una interrupción. dejé todo a la mitad y ya no sé como terminarlo. de repente, todo se convirtió en un contrapunto.

1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Que ni es tan falsa. Ni tan miserable.

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