martes, 8 de noviembre de 2011

vertigo: edificios que caen

¿serán los sueños predicciones?
quizá predicciones ajenas. vi caer un edificio en sueños hace poco y ahora un edificio implota en su estructura y corroe la ciudad hasta los cimientos. pero no cae solo, el edificio cae por inercia, por la fuerza del desgaste, porque alguien cavaba profundo un pozo al lado de sus bases. tanta presión, tanto estar en la espera. ver que se abría un hoyo profundo y ser inmutable. no hablar. y el tiempo no para. abren pozos todos los días a nuestro lado, la fuerza del desgaste presente, la espera de la caída futura. y la inercia. al final 9.8 metros sobre segundo cuadrado y la frase de una némesis de superhéroe que nos recuerda que no falta mucho para que seamos nosotros. siempre hay alguien listo a socavar a tu lado. están atentos. a no distraerse, estar atentos. activar la alarma y dejar que suene por dos horas no sirve. hay que ver, sentir, oler, saber. jugar las fichas de manera inteligente. porque esto no es conspiración, pero no hay alguien que me lo confirme. los cuentos de ayer, la gallina punk y el rostro de CC no pueden ser coincidencias. si no cavan al lado tuyo prestan las palas, seguro. ¿acaso los felices nudos que se atan en momentos felices, son la bruma de la paranoia en los malos ratos? entonces cavo, no busco los edificios roídos a mi lado, ni lejos donde ya no los puedo ver. a mi lado hay algo, alguien inicia un trabajo y solo basta terminarlo. nada de empezar con trabajos fútiles. no soy bueno iniciando las cosas, ni poniendo los acabados, ni cortando el lazo de inauguración (nuevo inicio). me gusta estar y dejar que las cosas me atraviesen. ahorro de energía, ahorro de vida, así no llego a los cincuenta. el subterráneo no puede atravesar bajo el edificio, puede hacer caer las cosas y todos saben que las catástrofes llegan por paquetes. así que tomo el ocho: una hora veinte, cinco silencios incómodos, tres cortes incoherentes, tres frases perdidas, dos letreros graciosos, dos mensajes al teléfono, tres cortes radicales, un paso rápido y una salida en falso. mientras camino empiezo un proyecto: tumba a ras, saco con una cuchara un poco de tierra y la guardo en mi bolsillo. la dejo en el camino como si marcara la forma de regresar. al terminar levanto la mano y saludo a ellis; ya estoy listo para mi propia redención.

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